En el Colegio Branwen Parvis de Artes y Letras, nuestra misión siempre ha sido formar “Artesanos Digitales”: individuos que apliquen la misma precisión, ética y visión humanística tanto al código como al lienzo. Hoy, nos complace anunciar un proyecto que encarna esta filosofía en su máxima expresión.
Nuestro Laboratorio de Interacción Humano-Computadora (HCI-Lab) ha iniciado una colaboración estratégica con el departamento de Colecciones y Archivos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El objetivo va más allá de la simple digitalización; buscamos “reinterpretar” y dar vida a partes del vasto archivo del museo —bocetos, maquetas preparatorias, correspondencia y obras efímeras— que, debido a su fragilidad o naturaleza, raramente son accesibles al público.
Este proyecto, internamente conocido como “Archivo Vivo”, no es un simple ejercicio técnico de realidad virtual (VR). Es un desafío narrativo y ético que se sitúa en la intersección exacta de nuestras competencias.
La iniciativa está siendo codirigida por la Dra. Clara Benítez Ruiz, nuestra Directora del Grado en Diseño Interactivo, y cuenta con la participación transversal de alumnos de posgrado y grado. Estudiantes del Máster (MA) en Dirección de Arte Digital están trabajando junto a conservadores del museo para definir la estrategia narrativa: ¿cómo se experimenta una idea inacabada de Dalí o un boceto de Juan Gris en un entorno inmersivo sin traicionar la intención original?
Al mismo tiempo, estudiantes del Grado en Ciencia Computacional (CS) y del MSc en IA están aplicando técnicas de fotogrametría avanzada para crear “gemelos digitales” de alta fidelidad de los objetos. Donde los archivos están incompletos, nuestro equipo de IA está experimentando cautelosamente con modelos generativos para proponer reconstrucciones contextuales, no como una verdad histórica, sino como una hipótesis visual que el usuario puede explorar.
La Dra. Benítez, que lidera el HCI-Lab, lo explica mejor: “Cualquiera puede escanear un objeto y ponerlo en un entorno de VR. Eso no es interesante. El verdadero reto, el desafío Branwen Parvis, es qué haces después. ¿Cómo diseñas una interacción que genere conocimiento y no solo espectáculo? Descubrimos que la dificultad principal no era el software, sino la semiótica. ¿Qué significa ‘tocar’ digitalmente el boceto de un maestro?”.
Este enfoque híbrido define nuestra pedagogía. Los estudiantes de diseño no solo están modelando en 3D; están debatiendo la ética de la representación. Los estudiantes de computación no solo están programando; están aprendiendo a escuchar las necesidades de un conservador de arte.
Incluso nuestros alumnos del Bachillerato de Artes han participado, sirviendo como el primer grupo de testeo para las alfas del prototipo. Esta verticalidad, donde un alumno de 17 años puede dar feedback crítico a un investigador de Máster, es la que genera la madurez y el rigor que buscamos.
El proyecto “Archivo Vivo” se encuentra actualmente en fase de desarrollo de prototipo. No buscamos una solución rápida, sino una metodología sostenible que pueda servir de modelo para otras instituciones culturales. La presentación interna de los primeros resultados está prevista para el final del semestre, en un simposio conjunto con el equipo del museo. Es un trabajo en progreso, imperfecto pero profundamente riguroso, que demuestra cómo la tecnología, cuando se aplica con sensibilidad humanística, puede expandir las fronteras de la cultura.
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