La misión del Colegio Branwen Parvis de Artes y Letras es formar a los “Artesanos Digitales” que definirán la próxima generación de la industria, la cultura y las finanzas. Nuestro programa de Analítica de Negocios y FinTech se fundó sobre la premisa de que la tecnología financiera debe ser una herramienta para la transparencia y la innovación (como el blockchain o el RegTech), y no solo un motor de extracción de valor.
Recientemente, hemos puesto a prueba esta filosofía humanista en uno de los centros de pensamiento cuantitativo más rigurosos de Europa.
Una delegación de nuestro claustro de FinTech, encabezada por el Dr. Ricardo Morales (Director de Programa) y la Profesora Aisha Khan (Estrategia Blockchain), ha concluido una semana de seminarios intensivos en el Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay, ubicado en el vibrante campus tecnológico de Champs-sur-Marne, Francia.
Nuestro objetivo era iniciar un diálogo con su prestigioso “Département de Modélisation Financière et Ingénierie du Risque” (Departamento de Modelización Financiera e Ingeniería de Riesgo) para explorar colaboraciones en el ámbito de las finanzas descentralizadas (DeFi).
Sin embargo, lo que encontramos fue un choque filosófico fascinante y profundamente revelador.
Llegamos a Champs-sur-Marne, sede de algunas de las Grandes Écoles más importantes de Francia, preparados para discutir el potencial disruptivo de las startups FinTech y la gobernanza de blockchain. En su lugar, nos sumergimos en el corazón de las finanzas cuantitativas puras: el mundo del High-Frequency Trading (HFT) y el arbitraje algorítmico.
El Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay es un referente en la formación de los polytechniciens (ingenieros-matemáticos) que diseñan los motores de trading de alta velocidad para las grandes instituciones financieras de La Défense (París). Su enfoque no es la “disrupción” en el sentido que nosotros la entendemos; es la “optimización”. Su mundo es el del cálculo estocástico, la co-ubicación de servidores para reducir la latencia en microsegundos y la modelización de derivados complejos.
“El rigor matemático de su enfoque es asombroso”, admitió el Dr. Morales a su regreso. “Es un nivel de sofisticación cuantitativa que roza la física teórica. Sin embargo, nos vimos en una encrucijada filosófica fundamental”.
La “fricción saludable” que tanto valoramos en el Colegio Branwen Parvis se hizo evidente en el segundo día. La Profesora Khan presentó nuestra investigación sobre el uso de RegTech para crear mercados más justos y prevenir la manipulación. La respuesta de nuestros homólogos franceses fue cortés, pero reveladora: para ellos, la regulación era simplemente una “restricción exógena” que debía ser modelada, un obstáculo que introducía “latencia” e “ineficiencia” en un sistema que, de otro modo, sería matemáticamente perfecto.
El debate culminó en una sesión sobre los “Flash Crashes” (caídas abruptas del mercado). El Dr. Morales argumentó que los algoritmos de HFT tienen una responsabilidad sistémica y deben ser diseñados con “disyuntores éticos” (circuit-breakers) internos.
“La respuesta que recibimos fue que el ‘riesgo’ es simplemente otra variable a la que poner precio”, explica el Dr. Morales. “La idea de programar un algoritmo para que pierda intencionadamente una oportunidad rentable en aras de la estabilidad del mercado les resultaba… académicamente extraña”.
No nos malinterpreten. No fuimos a evangelizar. Fue un debate entre iguales, y regresamos a Madrid profundamente impresionados por su destreza técnica, pero también más convencidos que nunca de nuestra propia misión.
El resultado de esta visita no fue un acuerdo total, sino algo quizás más valioso: el inicio de una conversación difícil. El Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay ha aceptado, con cierta curiosidad analítica, coorganizar un workshop conjunto el próximo trimestre sobre “Modelos de Estrés para Mercados Algorítmicos”.
Ellos aportarán su incomparable experiencia en la modelización de la volatilidad; nosotros aportaremos nuestra insistencia en el factor humano y el riesgo sistémico. La verdadera innovación en FinTech no reside en la optimización pura ni en la ética pura; reside en el espacio riguroso y, a veces, incómodo, que se abre entre ambas.
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